Regresiones a la infancia para sanar heridas y traumas del pasado


Las técnicas de psicoterapia profunda que implican un trabajo con recuerdos de infancia son empleadas durante un tratamiento psicológico, para conectar de manera segura con un trauma, un patrón de comportamiento, un hábito, o el origen de algún problema que esté en la mente no consciente de la persona. Con ello buscaremos superar ciertos conflictos que nos estén impidiendo desarrollarnos a nivel personal, emocional, amoroso o laboral. 
Se trata de ir a buscar el origen pasado de los problemas o conflictos presentes. Muchas veces existe un trauma, una situación de injusticia, una fuerte emoción difícil de asimilar en la mente de un niño/a, un patrón negligente o muy permisivo de cuidado paterno o materno... que causa en el niño/a una tendencia a determinadas conductas, un dolor, una culpa o un problema de inseguridad o de autoestima que se mantiene en el tiempo. 
En ocasiones la persona es más o menos consciente de cual puede ser el origen, pero desconoce como solucionarlo o cambiar sus emociones o conductas, y en otros casos puede desconocer por completo la causa de ello. En ambas ocasiones, el trabajo terapéutico profundo con eventos y emociones de la infancia suelen ser una muy buena opción terapéutica. 

¿Cómo se realiza?

El proceso es sencillo: generalmente, se trata de entrar en un estado de relajación mental y/o de conexión con uno mismo (por ejemplo mediante relajaciones, brainspotting o un ligero trance hipnótico) para, a partir de ahí, buscar los orígenes de un trastorno psicosomático, emocional, conductual o psicológico. Mi trabajo es conducir a la persona a ese estado, y después guiarla y acompañarla a través de sus recuerdos, sensaciones, mensajes... que van surgiendo de manera fluida, hasta llegar a comprender y a solucionar el problema. 
En función de las necesidades y objetivos de la persona, se puede contactar con el niño/a interior para ayudarle a sanar, en otras ocasiones se van liberando recuerdos y emociones bloqueadas, otras veces se emplea la terapia del perdón para cerrar viejas heridas, se sanan sentimientos de culpa, se da amor y protección a la parte niña o a esa energía que tiene esa carencia... En cada sesión se van resolviendo distintos bloqueos o conflictos para ir solucionando el problema que trae a la persona a terapia.

¿Hay que sufrir de nuevo al conectar con los recuerdos durante las regresiones a la infancia?

No es necesario para sanar. Es posible que haya algún breve momento de emoción o dolor, que dura poco tiempo y va seguido de un gran alivio, que además suele ser muy duradero.  Pero no se permite, ni es necesario, que la situación dolorosa haga sufrir  profunda o largamente a la persona. Se suele observar la escena o el recuerdo desde una posición como espectador/a, de contemplación sin apego ni implicación, de lo que está sucediendo, y así lo revivido puede verse sin dolor físico o emocional. Así, se permite a la mente de la persona reprocesarlo desde la paz y la seguridad de ese estado de conexión en la consulta de la terapeuta.

Cuando se realizan estos regresos o regresiones a la infancia, frecuentemente se empiezan a sacar capas para poder llegar al trauma o al origen del conflicto, y el inconsciente siempre tiende a proteger a la persona del dolor o el sufrimiento, lo cual impide (por fortuna y como medida de protección)  tener acceso de manera repentina y brusca a los eventos o asuntos que no estamos preparados aún para aceptar y comprender. S
el trauma es muy fuerte o es difícil de asumir para la persona, el inconsciente va a ir mostrando, poco a poco, estos eventos o recuerdos, para que lo pueda ir asimilando lentamente, al ritmo propio de cada una. Esto es necesario para que no exista una retraumatización ni el material salga de manera repentina y brusca, siendo así más complejo de asumir y procesar. El inconsciente trabaja al ritmo adecuado para la persona, sin prisa y sin pausa, y sabe cual es el momento adecuado para conocer y sanar lo que la persona necesite. Los/as terapeutas bien formados y con experiencia, saben que el proceso de descubrimiento y sanación se hace generalmente en una serie de sesiones, y que es gradual.

Una vez integrados estos recuerdos y experiencias, dejan de hacer daño y de afectar a la vida de la persona, ya que han encontrado su lugar y han sido comprendidos e incluidos en el esquema vital de la persona. A partir de ese momento, los viejos esquemas o guiones que estaban originados por las situaciones trabajadas dejan de funcionar porque ya no tienen una función necesaria, y dejan paso a nuevos patrones de conducta o sentimientos más saludables. La persona suele describir una sensación de ligereza, liberación, notar más seguridad y autoestima, y observa en el día a día que ciertos comportamientos que suponían un problema o causaban malestar dejan de suceder o bien disminuyen su intensidad y frecuencia. Las regresiones a la infancia están resultando ser una valiosa herramienta para sanar esas heridas del pasado que todos podemos todavía tener abiertas, ayudando a liberar pesadas cargas, a abandonar patrones mentales que nos lastran y a desarrollar las sensaciones de fortaleza, seguridad y libertad personal.



Marta Rodríguez Álvarez
Psicóloga Colegiada
C/Círculo de las Artes, 18, Entl. B. (Centro Alecés).
Tlf: 633 421 884
marta25@gmail.com




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